LUEGO de la situación que se presento en nuestro hipódromo con la descalificación de un ejemplar por la eliminación o reducción de peso, al repesarse, hace unos días, Inicialmente pensamos que no procedía, decidimos leer lo que sustenta la
regulación hípica dominicana. Luego de leer esta, y a pesar de entender que es
un reglamento divorciado totalmente de lo que es la realidad internacional del
hipismo, concluimos en que acertadamente se hizo lo correcto, de acuerdo al
reglamento. Lógicamente eso amerita una felicitación para nuestro jurado hípico,
a la sazón Dr. Alonzo Calcaño y Mr. Simono, actuando el primero como presidente,
en ausencia de su titular el Sr Castro.
A partir de lo ocurrido se ha sentido un amplio movimiento a
favor y en contra de la decisión, de lo que si no hay dudas es, que se hizo lo
que el reglamento (la ley hípica) consigna. La Ley es la Ley.
Dicho eso, quiero centrar la intención de este artículo, en
dos aspectos que me preocupan y que son el fruto de esa decisión.
Se comenta, ojala y no sea cierto, que la comisión hípica no
ha visto con buenos ojos la decisión tomada, y hasta se especula, que existe un
enfrentamiento entre la comisión y los miembros del jurado que tomaron la decisión,
específicamente con Mr. Calcaño. Seria lamentable que eso fuera así, porque
seria una forma de oponerse a lo legal, y siendo la comisión un organismo
gubernamental, seria un mal precedente para la actividad hípica y confirmaría una
preocupación siempre vigente que critica el hecho de la comisión pueda ser JUEZ
y PARTES. Lo de partes, en este caso, se asume debido a la percepción de que en
este caso la comisión estaría tratando de favorecer los intereses de quienes en
este caso, y por la decisión del jurado, salieron perjudicados, los intereses
del establo Moisés, quien de acuerdo a las informaciones que llegan, han
presionado a la comisión para que revierta la decisión.
La versión que da cuenta de la presión a que se esta
sometiendo a dicha comisión busca, según lo planteado, el revertir de la decisión,
y además, y es el otro punto de nuestra preocupación, la no sanción del jinete
Severino a pesar de la violación. De acuerdo a fuentes, la presión habría sido hasta
el punto de amenazar con el retiro de los ejemplares de esa cuadra, si el
jinete era sancionado. Dicha sanción a toda luces reglamentaria y que la comisión no ha producido todavía, ha
sido solicitada por buena parte de los dueños debido, además, a la forma irrespetuosa en la que este jinete enfrento, y fruto del incidente, a
uno de los dueños y gran inversionista, el Sr Manuel Pimentel.
La comisión hípica no obstante el buen trabajo que hasta
ahora ha realizado, esta en la obligación de manejar con una mayor probidad las
dos situaciones que se presentan: 1ero) El jurado hípico hizo su trabajo en
base a lo que el reglamento propone, por ende, resulta preocupante la posición de
presión a la que se quiere someter a dicho jurado. 2do) El reglamento es claro, las sanciones a
jinetes que resulten descalificados por violaciones que, comprobadas las
intenciones, resulten en detrimento de el normal desarrollo de las competencias….Estas
razones, además del irrespeto mostrado por el jinete en cuestión, deberían producir
una acción por parte de nuestra comisión hípica, de lo contrario habría que
preguntarse ¿si esta comisión esta, con lo legal o lo ilegal?
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